Casi casi

Cuando cumplí 20 años imaginaba que los 30 me iban a encontrar recibida de médica, tal vez cursando (o habiendo terminado) una especialización (neurología, psiquiatría, oncología infantil, neurocirugía); viviendo sola o compartiendo departamento (tal vez con mi prima) en Brasil (o en su defecto, estando aún en Argentina); tal vez en pareja, tal vez no;  con un poco de suerte, con mi abuela rompiéndome un rato;  con el mismo peso (ilusa!), el pelo hermoso y una piel maravillosa. Y más paciente.

Los 30 ya me están tocando la puerta. No soy médica, ni me recibí de nada (aún), pero estoy estudiando Psicología (y soy feliz!). Vivo en EEUU (y mi prima, la de Brasil, ya está casada y con 2 hijas!). Vivo con mis viejos (nuevamente). Tengo un novio con el que estamos llenos de altibajos, y ahora, encima, a la distancia, pero también llenos de alegrías. Mi abuela no está más, pero no me quejo: se fue cuando le tocó, y no fue prolongado. Tengo como 15 kilos más (gracias tiroides! Sos una copada eh!), el pelo bastante lindo, y una piel que se la re banca. Ah, y la paciencia… bueno, no, eso no se modificó. 

No me puedo quejar de la década que se va. Hubo momentos chotos (bastantes y bien chotos), pero hubo muchísimos otros mejores. Mi familia está bien, son felices y saludables;  coseché varios amigos, los mejores (de esos posta) y también mantuve a los que tenía de antes. Lloré, rei, me peleé, rei, bailé, aprendí (mucho!), enseñé, disfruté de mucha libertad (más de la soñada), reí, viajé, viví  la vida loca (?) y me divertí .

Creo que si los 30 hubieran llegado hace un año, me hubieran pegado de otra manera: mal. Me parece que siempre voy a recordar con cariño este último año, el 2.9; fue el año de elegir, decidir, y hacer. También fue el año más espiritual y de autoconocimiento (no, no, no hablo de libros de autoayuda eh). En resumen, si no fuera por los 29, estaría odiando a los 30!

Pero como todo pasa y cambia, por más que no quiera le tengo que decir chau a mi versión 2.9. Mañana al mediodía llega la 3.0, nuevita, linda, lista para ser disfrutada. Y como de vez en cuando me gusta volar, me encuentro imaginándome como voy a estar de acá a 10 años. Lo bueno es que ya me di cuenta que, probablemente, lo que piense no está ni ahí cerca de lo que va a ser. Que bueno está eso!.